Cuando en el año 2014, Mary Barra, una ingeniera eléctrica que había dedicado toda su vida al sector de automoción, fue nombrada directora general de General Motors se convirtió en la primera mujer que lograba alcanzar este cargo en una firma automovilística de calado mundial. Su llegada parecía un parche para la crisis que la empresa sufría. Una crisis de credibilidad y reputación que también iba a tener un coste financiero importante. Barra pidió disculpas por los graves problemas de seguridad que había presentado alguno de los modelos más vendidos y que se vinculó a decenas de muertos. La empresa tuvo que pagar 2.500 millones de dólares.
Sin embargo, pasada la crisis, Mary Barra continúa en su cargo y es ahora la responsable de llevar a la compañía a la transición que el sector requiere. Ha destinado millones de dólares para el vehículo eléctrico y el vehículo autónomo. Es decir, no era un parche.